Poniendo la mesa para tomar once

Claudio Rolando Badilla Morales, 43 años

Tenía casi tres años y medio, pero recuerdo muy bien lo ocurrido. Era ya de tarde y mi mamá estaba poniendo la mesa para tomar once. En eso empieza a temblar y estaba en el living del edificio donde vivíamos en Valparaíso; segundo piso de un edificio en el Cerro Florida.

En dicho edificio de cinco pisos vivíamos toda la familia. En el primer piso había locales comerciales. En el segundo piso, mis padres, mi hermana y yo. Tercer piso mis abuelos paternos, cuarto y quinto piso mis tíos y primos. Al principio se sintió como un temblor más de los muchos que se habían sentido en esos días, eso también lo recuerdo. Sin embargo, la intensidad fue aumentando demasiado.

Mi mamá me tomó en brazos para salir a la parte baja del edificio. Se sentían los vidrios reventarse y mucho ruido. Estuvo temblando mucho tiempo. Mientras estábamos abajo en la mampara de entrada al edificio en el primer piso, nos reunimos toda la familia. Toda la gente en el barrio estaba asustada con linternas. Los vidrios caían desde los pisos superiores del edificio mientras caía la noche.

Esa noche y las que siguieron dormimos en el auto, en un pasaje que estaba cerca del edificio en el barrio, el pasaje Cóndor. A los días, volvimos al departamento. Temblaba muy seguido, y en cada temblor, yo de forma casi refleja, me subía a los sillones de la casa para no tocar el piso. Por un par de noches dormimos todos los del edificio en el departamento de nosotros, en el segundo piso, y en sacos de dormir listos para salir.

El edificio no sufrió mayores daños salvo grietas, y el hecho de que se tuvo que demoler un estanque de agua que quedó muy dañado en la azotea. El edificio, al igual que su vecino, el Teatro Mauri, y las casas del pasaje Cóndor, son construcciones de mediados del siglo XX aproximadamente. Son de material sólido y resistieron relativamente bien al terremoto.

Ha sido el terremoto más fuerte que he sentido en mi vida, y uno de los primeros recuerdos más nítidos que tengo en mi mente. Nunca lo he olvidado.